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lunes, 8 de septiembre de 2008

Contrapunto extremo entre Seminarios, parte 2

(Mejor tarde que nunca...)

El sábado 23 de agosto a las 11 de la mañana, (la misma semana del Seminario antes comentado) la organización Artistas contemporaneos Asociado (ACA) organizó una junta tipo Seminario con Gustavo Buntinx, curador peruano a cargo del proyecto Micromuseo y que además forma parte del equipo curatorial de la esperada y misteriosa Trienal de Santiago 2009.


La verdad es que la invitación que me llegó al mail no me sedujo mucho, primero porque no conocía a Buntinx y segundo, porque las charlas ACA a las que he asistido nunca habían valido la pena, menos a cambio de una mañana sabatina. ((recuerdo que cuando vino Mosquera ACA me dio vergüenza ajena y propia..qué mal estuvo eso!))
Sin embargo, muy bien aconsejada por m. y casi contra mi voluntad, fui igual. Con cara de sábado post holocausto, pero llegué.

El Seminario parte mal (por fallas técnicas para variar), se desarrolla bien y termina mejor.

Buntinx es un viejo guapo, de ojos azules y con voz de tenor. De origen húngaro, nació en Argentina y a los 5 años se fue a Perú, lugar donde vive y trabaja hasta hoy.


A Gustavo, muy enérgico, le falta el aire al enunciar.
Su discurso se basa en la observación de una permanente pugna entre el círculo cultural del "pequeño burgués ilustrado" versus la "cultura popular emergente" y a raíz de esto, presenta su proyecto curatorial como un espacio no tan material como simbólico, y digo "no tan" porque de todas maneras Micromuseo tiene una importante colección, que reúne a la vez obras de arte y objetos cotidianos, como fehacientes representantes de una cultura latinoamericana contemporánea.
"Taller de Mecánica" es el nombre del grupo de trabajo formado por gestores, teóricos y artistas que hace funcionar el motor del Micromuseo, un ambicioso y bello proyecto que busca no sólo poner en cuestión, sino también replantear el bullado tema de la falta de identidad latinoamericana en el arte, presentando una alternativa efectiva contra su consecuencia más directa, el vacío museal.
Buntinx describe su proyecto museal como "un museo que no acumula sino que circula, con el objetivo de no sacralizar el arte a través de su inscripción en un espacio físico sino que en un proyecto crítico"

A grandes rasgos, aventuro a resumir la ponencia de B. como un llamado ilustrado a despreocuparnos del arte para ocuparnos de la cultura material, entendiendo el patrimonio desde las manifestaciones más populares hasta las más elaboradas. Parte de esto también se ve reflejado casi ilustrativamente en la estética de su gráfica (página web y los afiches que usan para publicitar las exposiciones), en donde se toman imágenes y frases que provienen de lo visto en las calles y de la experiencia como habitante de un lugar particularmente colorido y barroquísimo, como lo es el Perú.

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Reciprocidad, itinerancia, precariedad y alteridad fueron palabras claves también, las que tomaron un sentido menos rancio y sorpresivamente humano al ser enunciadas por B, quien en la práctica ha logrado perfilar una musealidad promiscua y mestiza sin hacerle feo tampoco al mercado.

Todas mis claves son andinas dijo, al referirse al slogan de Micromuseo: "al fondo hay sitio", lo que no deja de sonar raro viniendo de un personaje tan rubio. Sin embargo, y quizás por esto mismo, es creíble porque (según entendí) se asume que la clave finalmente será decodificada por los letrados que miran de lejos, pero al mismo tiempo por los que las viven sin notarlo, aunque sea como un sonido.

A pesar de que el proyecto pueda nacer desde una reflexión democrática, y por ende utópica, creo que todo lo planteado se expuso desde una consciente imposibilidad de borrar las diferencias entre niveles culturales, pues sin esta consciencia me parecería imposible lograr la observación de una carencia sin caer en el vicio del paternalismo extremo.


Y bueno, para terminar y hacer más sabroso el comentario, les puedo decir que a parte de que el proyecto me dejó muy inspirada, daba gusto escuchar lo apasionado que estaba B. con todo lo que le preguntaban (a veces parecía que cantaba o recitaba), aún cuando no conocía a nadie más que a la Carola Herrera y a Zapallo.
En la ronda de preguntas, Soledad Novoa, encargada Proyectos Galería Gabriela Mistral, le pregunta con un tono muy solemne por la colección de Micromuseo y él, antes de contestar, le pregunta...¿cuál es su nombre señorita por favor? Fue muy chistoso porque inevitablemente y para el pesar de muchos, a los ojos del curador todos los asistentes éramos una total, homogénea e indiferenciada masa intelectual y cultural.
Un 6,8 para Buntinx porque además era muy simpático y eso, sobre todo en el arte, se agradece.

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Arte y critica

1 comentario:

Anónimo dijo...

gracias por tus analisis cote leon, son siempre muy claros y tambien me hacen reir que es algo que me hace falta, conozco a buntinx y tengo muy buena opinion de el tb, en la biblioteca nacional hay un pequeño libro de fines de los 80 sobre la obra de davila, donde escribe el..recomendable de todas maneras

y su trabajo en el movimiento "lava la bandera" contra fujimori, interesantisimo desde el punto de referencias sociales activas!!, para ellos fue como un perfeccionamiento en poco tiempo del no + del cada 15, 20 años despues

un saludo de valdivia

david maulen
instituto de comunicacion social
uach