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martes, 29 de enero de 2008

Maquina Blanda


El domingo 27 de enero terminó la expo "Maquina Blanda" en el MAVI. (La idea era escribir este texto antes de que finalizara para que pudiéramos compartir opiniones, pero bueno...espero y confío en que muchos de ustedes asistieron responsablemente, los que no, van a tener que confiar en mí no mas. Ja)

Quizá piensen que exagero, pero el finde pasado en un esfuerzo máximo, lidiando con el calor, las micros y la falta de ciclovias en el centro de Santiago, fuí a ver la expo que se exhibía en el MAVI.
La verdad es que hace rato esperaba ver nuevos trabajos de J. Cociña (que fue mi ayudante en Metodología de la Investigación), C. León (que no es mi primo ni nada) y de Y. Rosenblut (compañera de la U, a quien recuerdo por su actitud de diva medioriental, en una chaqueta maravillosa el día de nuestra graduación); todos personajes a quienes respeto mucho por su trabajo. En la expo además exhibían trabajos: Niles Atallah, Macarena Ruiz-Tagle e Iván Parmarola, el curador.

Antes de ir, había leído una descripción que hablaba de Maquina Blanda como una muestra que, cito a Carolina Lara periodista especializada, "...no pretende trasfondos conceptuales ni grandes narraciones; son escasos minutos en loop planteados para sumergirse en un tiempo repetitivo, sin lógica, donde el cuerpo también transcurre como tema transversal(...)Planteada la eficacia del video en su situación a través del espacio, la película al infinito se transforma en una experiencia tanto objetual como de tiempo y lugar, que involucra entonces al espectador aconteciendo frente al video que, en definitiva, se erige también como otro cuerpo. Esta postura “anticonceptual” replantea la relación con la obra en su presencia y ambigüedad, reafirmando caminos para la video-instalación en Chile en un momento de excesiva teorización y donde la pregunta para el arte es precisamente sobre cómo volver a acercarse al público". Así que llegué al MAVI absolutamente expectante de un despliegue de creatividad y postura "anticonceptual", aunque todavía no me queda muy claro a lo que se refería Lara al usar esa palabra tan peliaguda.

Pero vamos por partes para no marearnos. Primero una pequeña descripción.

En las dos salas del nivel -1 habían 6 grandes pantallas de proyección con sus respectivos datas, cada una pasando un video de diferente autoría. Simultáneamente se escuchaba era un silencio familiar, una especie de kchhhhhhh indefinido, así como suena el no sonido del video-arte.

Cristóbal León, Joaquín Cociña y Niles Atallah trabajaron juntos en dos videos: “Nocturno de Chile, la cacería” y “Nocturno de Chile, la cena”, los que mostraban unos personajes de género en situaciones extrañas pero cotidianas, una cena con cuatro personajes y un mono en una habitación con otro mono, todo en una estética como medio oscura.
En el video de Yael “El caballo de los sueños”, (basado en libro "La Insistencia" de Carmen García), actuaba un muy maquillado y apolíneo personaje montando un caballo que luego caía al suelo y moría o algo así…el video era en blanco y negro.



Niles Atallah presentó “Birth”, un video donde salía un hombre tirado en el suelo, como tratando de ponerse cómodo en varias posiciones.
En el video homónimo de Macarena Ruiz Tagle “Maquina Blanda”, había un jardín, una señora flaca sentada en una silla de playa, unos animales y niños. Todo en colores muy vivos y cámaras lentas.
Ivan Parmarola tenía dos videos, “Llama Glama Boby” y “Piscina”. El primero mostraba a unos niños del jardín infantil de gendarmería con las caras pintadas y el otro…tengo que confesar que no lo recuerdo.

“Se quiso recrear en un sistema ese efecto de auto referencia perceptiva del cuerpo, que tiene un camino que atiende a los eventos de forma mecánica e inevitable, que sobreviene y no es necesario enunciar. Ahí, aparece un silencio provechosamente incomodo en función de lo que se ve, en el que se situó el borde de la producción. La serie de proyecciones simultáneas, establecen un circuito mudo que pretende la absorción del espectador, tal como sería si pudiésemos colocarnos tras la pantalla de un cine para ver lo mismo”. (Ivan Parmarola, Curador)

Puede que esté especulando de más, pero es probable que el título de la muestra haga referencia a la novela de William Burroughs "Máquina Blanda", la que narra una serie de hechos que refieren a los vicios humanos y la subyugación de la ética y la moral a la condición de debilidad de nuestro cuerpo…algo así como diciendo que las clases dominantes se aprovecharían de nuestra blandeza (?) de voluntad (ligada a los vicios del cuerpo) para aplicar sus sistemas de represión a fin de asegurar el control social.

Sea como sea, pienso en esta relación tan rebuscada porque los textos que se refieren a la expo mencionan insistentemente al cuerpo como eje fundamental en a lo menos tres aspectos: temáticamente, como elemento unificador de los videos; en el montaje, considerando los telones de proyección como grandes cuerpos en suspensión que dividían las salas y configuraban un recorrido específico; y por ultimo en la relación de los videos y el cuerpo del espectador, su reacción a los estímulos visuales, su incomodidad, sus movimientos, etc.

Siguiendo estas definiciones, creo que las pretensiones de “Maquina Blanda” en relación a producir un nexo entre cuerpo y obras se cumplen, considerando que el montaje y la propuesta de video instalación sin duda fue lo mas notable. Efectivamente, las grandes pantallas no sólo eran soportes atractivos para mostrar un video, sino que configuraban un recorrido nuevo e impresionante por el despliegue de recursos y la ubicación de las pantallas iluminadas, las que contrastaban con la oscuridad del resto del espacio (ya me querría uno de esos datas auspiciados por Epson).



Sin embargo, tengo que decir que al ver los videos y recordar lo que había leído, me quede con una sensación de confusión y me asaltaron muchas dudas, como diría Humbertito. ¿La postura anticonceptual de la que hablaba Lara se referiría a que los videos no seguían necesariamente una línea narrativa y una crítica específica o a que los videos (al ser también instalación) no se casaban con una disciplina determinada? ¿La ausencia de sonidos y los efectos de cámara atendían a una postura irónica con respecto a los cliches del video arte? ¿La absorción del espectador y el efecto de auto referencia perceptiva del cuerpo de la que habla Parmarola, se refiere a una respuesta esperada?

Como mis dudas son realmente dudas, tendrían que ser los mismos autores los que podrían responder. Por ahora sólo me queda compartir mi opinión sobre estas y otras cuestiones.

En relación a la primera pregunta creo que Lara, al describir la propuesta de Maquina Blanda como anticonceptual o alejada de la excesiva teorización para acercarse al público, necesariamente la ubica como un intento paternalista de democratización de contenidos, cosa que en lo personal, no creo que sea así.
Por un lado, la apuesta por una línea narrativa ilógica y entrecortada o una estética poco convencional, no necesariamente exime a los videos de contenidos o códigos específicos, sobre todo pensando en que los autores no los produjeron a punta de ingenuidad o desconociendo al tipo de público al que se dirigen. Además, no creo que sea necesario desprender las obras de posibles contenidos o criticas especificas para llegar a un publico heterogéneo, sino que al contrario y desde una postura mas integral, es necesario crear estrategias que no solo se valgan de la teorización o conceptualización tipo Navarro o Díaz, sino que se complementen con una propuesta visual estimulante, desde los objetos y las imágenes. Eso si.

Siguiendo con la segunda pregunta, no entiendo el porqué de la decisión de dejar el sonido de los videos en esa ambigüedad tan ochentera, a lo Viola. O sonido o no sonido, o bulla o silencio absoluto. Creo que lo que mas me decepciona no es la ambigüedad de este tipo de sonido (que a estas altura es un manierismo del video arte), sino que es que no queda clara la intención de su utilización, sobre todo conociendo otros trabajos de algunos de los autores. Pretensión de una respuesta? Ironía?...No queda claro si fue usado como un plus para incrementar un nivel de fomedad intencionada o simplemente fué un nexo entre los trabajos como parte del montaje para evitar contaminaciones.

Y aquí me conecto inmediatamente con la tercera pregunta. En el caso de que el sonido (entre otros elementos) tuviera como objetivo la incomodidad del espectador, es posible hablar desde esa postura?
Es complejo hablar desde el espectador.
Siempre pasa que al pensar en un proyecto uno guarda una cierta esperanza de conmoción, de movimiento interno en la figura del observador, como diría Jaar. Pero lo cierto es que es muy complejo generar una propuesta que gire completamente en torno a esta respuesta, ya que los espectadores somos todos diferentes, incluso con cambios durante una misma jornada, por lo tanto, la gama de reacciones resulta inabarcable y difícilmente predecible. (A no ser que pongamos a alguien muriendo en la sala de exposiciones o algo así, se acuerdan de Natividad Candia?)

De cualquier manera, las preguntas se plantean pero las respuestas y las opiniones están abiertas.

Antes de terminar y para que no quede un gusto a critica amarga, me gustaría destacar algunas cosas.
*En términos generales, es muy gratificante ver cómo un grupo de artistas jóvenes maneja tal nivel de gestión de patrocinadores y al mismo tiempo ha logrado abrirse paso en la vorágine del circuito artístico nacional, que por ahora, no excede lo metropolitano.
*Apartando un poco los comentarios y con una voz mas de groupie, tengo que decir que los videos “Nocturno de Chile, la cacería” y “Nocturno de Chile, la cena” estaban notables,,,aparte de que no molestaba el silencio (porque los monos no hablan, ja) me encanta el nivel de cuidado y producción de los escenarios que manejan y sobre todo la mezcla entre estéticas de serie de televisión chilena tipo Los Venegas y comercial de MTV.
*El video de Yael me recordó dos cosas: las películas mudas de Rodolfo Valentino y los paisajes de la Sexta región que usó Raúl Ruiz en “La recta provincia”. Dato rosa: el personaje del video era Diego Lorenzini en su faceta histriónica, aunque en la vida real el Diego siempre es medio actor.


Comente, que así es mas entretenido.