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domingo, 23 de septiembre de 2012

Actualidad y espacio público



   Actualmente podemos observar, que al público general no le interesa mucho si se hace o no la Trienal o los artistas que este año van a estar en Ch.aco, pues lamentablemente los temas que mueven los circuitos artísticos sólo se abren a la curiosidad masiva cuando involucran desnudos o animales. ¿Qué estamos haciendo los artistas para remediar esta situación?

  Arte público podría ser la respuesta señoras y señores!


Polémicas y desconexión

Hace ya más de 10 años, Evaristti  puso en la palestra a sus pececitos en jugueras en el MAC, en el 2005 Maximo Corvalán invitó a dos indigentes a vivir en un diorama gigante frente al Museo de Bellas Artes y en el 2000 la obra Casa de vidrio, ganadora de un Fondart, hizo “relinchar a los califas”-según La Cuarta.

Diorama, Máximo Corvalán
 
A pesar de la cobertura que en general alcanzan estas obras, lamentablemente no podemos hablar de una conexión o interés real con el lector o televidente ya que la noticia de la “obra polémica” está tan mediada con lo que entendemos por excitante, que todo se vuelve amorfo, deforme y patético, envuelto en sobreinterpretaciones sobre cosas que finalmente tienen más que ver con la moral y las opiniones personales, que con un juicio estético, o de cualquier tipo. Así, las últimas veces que los medios pusieron atención a una obra de arte nacional, siempre ha sido con ánimos de una interpelación moral del tipo: Es esto Arte?. 

A propósito del arte y las polémicas, la frase del clásico de Gombrich No existe, realmente, el Arte. Tan sólo hay artistas, se hace contingente, ya que deja entrever la inmortal necesidad de clasificar el arte como si fuera un concepto estático, que correspondiera como un signo a un objeto concreto y específico, actitud sesgada y castrante que abre rápidamente polémicas del tipo Baby Vamp o Murales de Sodimac, haciendo que la gente se pregunte, una vez más, si eso es o no Arte, con A mayúscula.
 Si Pamela Díaz se tiñe el pelo la gente no se pregunta si esto es espectáculo porque, ya sea por repetición o por interés, todos reconocemos perfectamente las delimitaciones del show medial incluso aunque no seamos absolutamente conscientes del manejo psicológico que ello implica.

Definiciones y transformaciones

Se dice que en Chile, la desconexión entre arte y la vida real es una secuela del golpe militar, en el tiempo en que los artistas que quedaron en Chile tuvieron que buscar nuevos lenguajes, mucho más crípticos, para seguir ejerciendo si no querían terminar como comida de langostas. Pero sucede que al 2012, ésta y otras razones de curso de Historia del Arte chileno ya suenan como a cuento, sencillamente porque la cosa sigue igual de lejana a pesar de que llevamos muchos años de pseudo democracia y normalidad.
Pero si buscamos responsables, de quien sería la culpa? De la tele y los realitys? De que las obras no las entiende nadie más que los artistas? De Piñera?

Más allá de las definiciones y las polémicas, el arte ha sufrido drásticos cambios durante el último siglo, los que, a costa del boom de las comunicaciones se hacen mundiales en lo que demora un twitteo. Fenómenos como internet, las redes sociales y otras formas de comunicación global, los cruces y mutaciones entre disciplinas artísticas y otros, hacen que la posibilidad de llevar el arte puertas afuera y sin considerar sólo las convenciones de un grupo reducido, se convierta en un tópico muy estimulante.

Arte público made in Chile

De un tiempo a esta parte, muchos artistas, gestores y curadores sienten la necesidad de llevar  a cabo proyectos que se adaptan a nuevas maneras de generar contacto entre lo que debería ser, linealmente, la obra, el lugar de exposición y el espectador. Así, proyectos chilenos como Galería Daniel Morón, Hoffman House, Colectivo Corredores de larga distancia o Galería Chilena, celebran un espíritu de libertad y descentralización, a los que les siguen lugares no tradicionales como Galería Metropolitana, Galería al Paso, Galería Temporal o el Museo a Cielo abierto, entre muchos otros proyectos.

Galería Metropolitana
  
 Todo lo anterior hace pensar que si bien, los artistas seguimos y seguiremos luchando por engrosar nuestros currículos presentando obras en Museos y Galerías para lograr la añorada inserción, hay también una preocupación y atención dirigida a poder salir de los circuitos tradicionales, dirigiendo las investigaciones a escenarios más reales.
La gracia de ocupar la calle como soporte de obra, está en la cantidad de capas que hay que abordar. Una obra o proyecto que se presenta masivamente tiene la responsabilidad de considerar el contexto, ya sea temporal, espacial y/o social del entorno, cuestión que muchas veces no pasa en el interior del cubo blanco. En este sentido, el espacio público proporciona un plus y a la vez una condición que no puede ser ignorada, y esta es la de ofrecer variados niveles de lectura, que se inicien siempre en cómo se ve y como se instala lo que se quiere mostrar, utilizando lenguajes más amables y  accesibles que operan desde la visualidad hacia el pensamiento, y no al revés.
  
Galería al Paso en el Mercado de Rancagua

Otro factor a considerar es el riesgo de exponerse a la reacción más directa, masiva y automática que se pueda esperar, dando la posibilidad a otro, espectador, que pueda incluso modificar lo que uno planeó como propuesta visual. Es casi un ejercicio de sacrificio y de desprendimiento del ego, pues el trabajo se ofrece sin saber si va a durar hasta la mañana siguiente.
La importancia de realizar arte público en lo que llamamos sitio específico, radica en materializar la idea de un arte público, abierto, socialmente activo, llegando al máximo de espectadores con el mínimo de pretensiones, priorizando el valor de la experiencia relacional por sobre el valor exclusivo de las obras y haciendo que lo relevante entonces sea la comunicación, y no, preponderantemente, la vía por la que se realiza.

A propósito de lo mismo, vean este video de la obra de Candy Chang...es cortito y muy emocionante. Gracias Rodrigo por este link! 

lunes, 14 de mayo de 2012

Entrevista a Déborah Ahumada, docente y artista visual


Publicado en Extensión Artes UC


Déborah Ahumada es Licenciada en Artes y Educación UC y aunque no le gusta autodenominarse artista, es un título que se ha ganado a punta de esfuerzo y perseverancia. Actualmente presenta su trabajo más reciente "Escenarios /Stages" en la Sala de Arte del Centro  de Extensión UC como parte de la exposición colectiva Minimax, el porte de la cerámica.



 


Déborah egresó de Licenciatura en Arte el año 2007 e inmediatamente después ingresó al programa especial de Educación media para Licenciados de la UC. Desde el año 2008 se ha desempeñado como profesora de arte en el Colegio Santa Marta de Ñuñoa y actualmente también dicta los cursos de Teoría de la Imagen en la Universidad Santo Tomás y Arte Digital en la Universidad Mayor.
En la siguiente conversación conoceremos algo de sus inquietudes y de cómo ha logrado compatibilizar su trabajo con el desarrollo de su investigación plástica.

Déborah, desde tu experiencia como artista y docente, ¿cuál sería el área en la cual te sientes más plena, el arte o la pedagogía?
- La verdad es que desde siempre me he sentido más profesora que artista, a pesar de que el arte me apasiona. Siempre he trabajado y siento que la pedagogía además de ser un medio que me permite disfrutar de estabilidad económica, algo que muchas veces no se considera al momento de estudiar arte hasta que sales y no tienes nada en que trabajar, es una vía que me permite compartir mi pasión por el arte de manera más abierta y con un feedback inmediato.

Te parece que el arte pertenece a una esfera muy cerrada?
- Si, y eso no me gusta. Creo que el arte, si bien se entiende como una forma de comunicar ideas y pensamientos específicos, a veces cae en un ensimismamiento que los artistas no estan dispuestos a romper. Me parece un poco egoísta pretender que a todos les va a interesar lo que uno piensa o siente si lo manifiesta además con lenguajes que son crípticos o inaccesibles.

A propósito de los lenguajes, como definirías la línea de investigación que has seguido en tu trabajo artístico?
- Si tengo que buscar un nexo entre mis obras desde que estaba en la Escuela, creo que sería el uso de imágenes mediatizadas y populares. Me gusta la idea de trabajar en base a imágenes de prensa o fotografías que yo no he tomado, porque ahí lo relevante es lo que hago con ellas y cómo resulvo un problema a través de la manipulación de lo ya hecho. Inventar me resulta difícil, la creación por mi parte no va en la generación de un imaginario sino en el replanteamiento de las imágenes para decir otra cosa.



Cuéntame un poco acerca de tu trabajo en Minimax, cómo llegaste a exponer ahí?
- El año pasado mandé un proyecto a la convocatoria anual de la Sala de Arte del Centro de Extensión y en diciembre me avisaron que había quedado seleccionada para exponer con otras dos artistas, Paula Subercaseaux y Francisca Valdivieso, bajo la curatoría de Paula de Solminihac.
Yo no conocía a las otras dos artistas pero a Paula le interesó que trabajáramos juntas porque los tres trabajos se planteaban desde la utilización de la cerámica como material. La ayuda de Paula en este sentido fue fundamental, porque como yo no tenía la obra hecha con anterioridad me sirvió de guía en la toma de desiciones de manera integral.


De qué se trata tu obra Escenarios /Stages?
- La obra consiste en tres paneles de 1,30 x 3,00 mts hechos con teselas de vidrio y cerámica y utilizadas a manera de pixeles. Cada panel es la interpretación digital de una imágen: un volcán, las marchas estudiantiles y el maremoto respectivamente. Mi idea partió de una inquietud muy cotidiana, que era la de poder ordenar las teselas de manera que desde lejos se transformaran en una imagen reconocible por todo el mundo.
Como te contaba antes, me gusta trabajar con imágenes del imaginario popular y en este caso el desafío era poder llevarlas a una traducción de color con una paleta acotada, la de las teselas industriales.
Otra cosa que me gusta mucho es que la obra se puede apreciar desde lejos pero a medida que te acercas también se generan otras cosas, las teselas son tan particulares que te das cuenta de que cada color es imprescindible.



Osea, finalmente tu obra es un ejercicio de color del tipo Color I (curso básico de la carrera de arte)
- (Risas) Si, me acordé mucho de los cursos con Eduardo Vilches porque nunca me resultaron tan bien en la universidad y ahora tuve que aprender a hacerlo, por eso lo consideré un desafío. Cada tesela tiene un color  específico y como yo no fabriqué las teselas sino que ocupé lo que hay disponible en el mercado, me las tuve que ingeniar para que un color se viera de diferentes maneras según contraste de tonos y tintes.


























Qué fue lo más dificil de realizar, te encontraste con sorpresas en el proceso?
- Si un montón, sobre todo en el montaje porque como mi trabajo es el de mayor tamaño, me tocó montar en el muro curvo de la sala. Al final resolví que lo mejor era trabajar por paneles, cada imagen está formada  por 6 paneles que van ensamblados y como en mi casa no tenía espacio para ir armando, pude ver si el experimento funcionó sólo en el momento del montaje. Fue un riesgo pero eso mismo me motivó, era como descubrir nuevamente mi propio trabajo.

Este trabajo fue autofinanciado?
- Cuando mandé el proyecto no tenía tantas esperanzas de ser seleccionada y eso me dio la libertad de inventar algo grande. Cuando me avisaron que era parte de la exposición postulé a un FONDART de creación y me lo gané, y con eso pude financiar la obra.



Tienes algún proyecto en mente? Seguir con las teselas o algo parecido?
- Por ahora no, la verdad es que por el momento estoy muy concentrada en mi labor docente en el colegio y las universidades donde trabajo porque, si bien exponer me encanta y disfruto mucho creando obra, lo más  importante para mí es compartir lo que sé para formar espectadores que puedan disfrutar el arte tanto como yo.


La exposición Minimax, el porte de la cerámica, estará abierta al público hasta el 26 de mayo de 2012.
Sala de Arte
Centro de Extensión UC
Alameda 390
Más información en http://artes.uc.cl

lunes, 7 de mayo de 2012

La fama local

Entrevista publicada en el Diario El Rancagüino
Jueves 3 de mayo 2012

María José León, artista y gestora cultural
“Trabajo en espacios públicos porque no me interesa hacer arte para los artistas”
 Escrito por María José Castro Ortiz
 
De una manera directa y didáctica trabaja María José León, no se conforma con colgar un cuadro y ya, prefiere intervenir los espacios, crear una sensación en el público, invita a sentir y pensar.
Muchos critican y señalan que en la ciudad de Rancagua la cultura tiene una cabida muy pequeña, casi inexistente, y que además, la gente de esta ciudad tiene muy poco interés sobre el arte, hechos que denotan cierto grado de preocupación pero no de ocupación, ya que indicar, apuntar, destacar, son acciones que poco dejan, es por eso que tomar cartas en el asunto es fundamental, tal como lo hace María José León, artista y gestora cultural nacida y criada en la zona de la discordia.


Coté, como la llaman todos, desde hace varios años que trabaja de forma diferente, identificó la realidad de Rancagua y se acomodó a ella, entregando proyectos que atraen a las personas, que los invade invitándolos a sentir y pensar, es por ello que el año pasado montó una intervención pública en el Mercado de Rancagua, proyecto llamado Galería al Paso, donde contó con la colaboración de 12 grupos de artistas, quienes a punta de fotografías, bailes y un cuanto hay, dejaron atónitos a todos los que pasaban por el lugar.
Esta artista y gestora cultural está constantemente en conexión con lo que ocurre en la ciudad de Rancagua, esto a pesar de que se radicó hace unos siete años en Santiago, ya que destaca que debe haber una historia, un contexto, detrás de las intervenciones que realiza, todo tiene que estar enlazado, sino sus trabajos no tendrían sentido.
En la siguiente entrevista, Coté cuenta cómo lleva a cabo su trabajo, las cosas que le importan del medio, las falencias culturales de la ciudad y además, explica sus más recientes proyectos y futuras realizaciones.

¿Por qué realizas intervenciones y no muestras artísticas más tradicionales?
Me gusta que la obra interrumpa un espacio cotidiano, que la señora que va a comprar el pescado todos los domingos de repente se encuentre con algo que le haga sentido, o que lo encuentre bonito, o que después lo pueda relacionar de alguna manera, no hacer obras fáciles, sino que obras que sean más amables, que tengan una lectura visual primero, después que tengan un nivel de consistencia. Trabajo en espacios públicos porque no me interesa hacer arte para los artistas.

¿Qué es lo que esperas producir con estos montajes que intervienen la cotidianeidad?
Me pasa que soy licenciada en arte y me muevo en un mundo donde casi todos mis amigos son artistas, pero incluso en nosotros, no hay un hábito de ver arte, no es por una cosa de flojera, pero siento que el arte que se muestra en galerías o museos se ha convertido en un lenguaje a parte, a mi me gusta producir obras que puedan tener distintos niveles de llegada, y para eso no necesito un espacio que me albergue.


¿Cómo fue la experiencia de intervenir el Mercado de Rancagua el año pasado?
Lo del mercado fue súper bueno, mucha gente involucrada y finalmente cumplió sus objetivo, me gustaría poder trasladar la idea a otros Mercados de Chile pero no me interesa hacer cosas así en Santiago por ejemplo, a no ser que se haga en periferias. En realidad Galería al Paso, entre otras cosas, es un salvavidas para lugares en donde no hay movimiento.

¿Cómo financiaste el proyecto del Mercado?
Lo autofinancié y tuve algunos pequeños auspiciadores. Una sola vez me he ganado el Fondart, y no fue para creación de obras, fue para becas y pasantías, hice una pasantía de Gestión Cultural en Buenos Aires, me fui tres meses allá, trabajé en una galería de Arte Contemporáneo, y ahí aprendí que si las cosas no se hacen con autogestión no acomodan tanto, porque hay que responderle a muchas personas, entonces, la línea editorial cambia cuando uno postula a fondos, porque tienes que poner logos, o aveces, quieres hacer más cosas pero no eres libre.


¿Qué crítica le harías al nivel de gestión cultural de Rancagua?
Siento que acá falta refrescar la mirada y hacer un poco más seria la gestión cultural. Hay gente que hace gestión, pero no es una cuestión de un organismo que se haga cargo de organizar ciertos eventos o ciertos flujos, estamos tan cerca de Santiago, imagino que no es tan difícil generar núcleos serios.

¿Sientes que al rancagüino promedio no le interesa el arte?
Yo no creo que la falta de interés sea culpa del público, los artistas son los que no hacen interesantes sus propuestas, creo que las personas no usan el lenguaje apropiado. No se trata solamente de intervenir lugares públicos con cualquier obra.

¿Cuál es tu proyecto actual?
Ahora estoy trabajando en un proyecto, que es dentro de Galería al Paso pero no necesariamente Galería al Paso, que se llama “Makelovenotart”, que son una serie de intervenciones públicas, como de Street Art. Hace poco hice una fuera del mall, en la pared blanca que está por Mujica, la que tapa la construcción que se está haciendo ahí. Duró un par de semanas ahí.
  


¿Cómo se te ocurrió hacer la intervención en la calle Mujica?
De repente vi todo esto cerrado y pintado de blanco, al otro día los mismos trabajadores de la construcción hicieron unas ventanitas pequeñas en ese muro, y con ellos te invitan a mirar, así que armé estos tres personajes, un hombre, una niña y un perro para que de alguna manera la gente que mirara de verdad viera lo que estaba pasando, ahi, en medio del centro de Rancagua...otro centro de consumo máximo más.

¿Tuviste problemas con ese montaje?
Cuando vi las ventanitas supe lo que tenía que hacer, llegué a mi casa y me puse a dibujar los monos, los hice en papel, le pedí a mi hermano que me acompañara a pegarlos, y cuando estaba lista para pegar con el engrudo, me alumbran los guardias, pero justo había hecho una prueba de montaje en mi casa, les expliqué lo que quería hacer, y como lo encontraron lindo, me dejaron pegarlos.

¿Qué efecto causó esta intervención en la gente?
Les gustó mucho, se quedaban harto rato mirándola, y también miraban por las ventanitas, igual que los personajes. Nunca voy a saber si logró su objetivo de crear opinión frente a la mole comercial, pero yo creo que en más de alguien sí.

¿Qué metas y proyectos tienes a futuro?
Mi meta con Galería al Paso es hacer una exposición anual por lo menos, por el problema de gestión porque yo trabajo sola, no tengo un equipo, yo invito a algunas personas a participar. Tengo varias intervenciones que se van a hacer acá en Rancagua, que van a ir apareciendo en distintos lugares que a mi me parecen que hay que llamar un poquito la atención. La idea es llamar la atención sobre algo que va pasando, como lo que hice al lado del mall, en calle Mujica.



domingo, 6 de mayo de 2012

La critica es un asunto moral y otras cosas de sábado

Este sábado, como hace mucho tiempo no me pasaba, quise salir a ver arte. Quizá me motivó el hecho de que era el último día para ver la expo del MAVI o que había sol y eso hay que aprovecharlo. En fin, la visita valió la pena y esto fue lo que encontré.


Lo primero que vi apenas me bajé de la micro me alegró el día. En las vitrinas del GAM, parte de la tienda de PUMA, hay una serie de intervenciones de Montt y Olea titulada Extraños placeres de la gente, que son ilustraciones pintadas algo asi como con esmalte al agua y puestas a la vista de los transeúntes con frases como "El placer de recolectar conquistas", "El placer de estar seguro", "El placer de ver televisión" y otros por el estilo. Notable el dúo, siempre hacen cosas que a uno lo hacen disfrutar desde lo que parece más simple pero que, a mi juicio, es muy dificil, mezclar el humor, el texto y la gráfica. Lo más bonito de todo, aparte de estar directamente expuesto a la calle, es que da la impresión de que los ilustradores estuvieron trabajando ahí mismo dentro de las vitrinas, porque hay chorreos de pintura y pisadas en cada uno de los módulos y uno, cual Papelucho, se imagina algo asi como un action painting criollo y figurativo.




Cruzando la calle, en la Sala de Arte del Centro de Extensión de la Católica, hay una exposición colectiva llamada Minimax, en la que tres artistas trabajan con la cerámica como material para generar propuestas muy diferentes entre si: Déborah Ahumada, Paula Subercaseaux y Francisca Valdivieso.

El trabajo de color que hace Déborah es bien impresionante, son tres paneles de 1,13 x 3,00 mts que muestran imágenes de prensa de un volcán, de las marchas estudiantiles y del maremoto respectivamente, y que fueron trabajadas con teselas de vidrio y cerámica a manera de pixeles. Tuve la oportunidad de hablar con ella esta semana (se viene la entrevista) y me contaba que no pudo estar segura de que su estrategia de construcción del trabajo funcionaría hasta el momento del montaje, porque en su casa no tenía espacio para probar, es decir, nunca supo si realmente la imagen se armaba a los ojos del espectador hasta el momento de la instalación en la galería, detalle que me tenía curiosa desde que me lo contó.
El trabajo puede verse de lejos y de cerca, mientras la imagen desaparece y van encontrándose los detalles de cada una de las teselas.

  

El trabajo de Francisca Valdivieso es lo absolutamente opuesto a la obra de Déborah. Un trabajo al que hay que acercarse, mirar con detención y luego mirar de nuevo, siempre de cerca. La obra está formada por varias piezas de porcelana de no más de 30 cms, que brillan bajo foquitos dicroicos que resaltan los reflejos de las figuras. Parecen personajes de cuentos, o de sueños, o de los recuerdos de la infancia ochentera, cuando las mamás coleccionaban adornos similares y a uno le daban ganas de jugar con ellos. Lo que me gustó de este trabajo fue que brinda la posibilidad de entrar por la estética de los objetos y después quedarse pensando en las posibles historias que se podían armar, con resursos propios y ajenos, haciendo referencia también al concepto de unheimlich, esa característica que, según Freud, define los objetos o situaciones que no pertenecen a ningún lugar pero que, sin embargo, se generan en lo mas íntimo del hogar y se instalan en el inconciente de una manera desplazada y extraña, familiar pero siniestra y perversa a la vez.


 

Para descansar de tanta visualidad, porque cansa ver mucho arte de una vez, entré a ver de qué se trataba la exposición de Walter Benjamin que se promociona en los pendones exteriores del GAM. La expo, abierta hasta el 1º de julio, es una muy buena muestra de cómo hacer para comunicar ideas de alto contenido teórico a través de un montaje impecable, muy efectivo y amable. Se separa en tres partes, Constelaciones, Atlas de WB y Modelos de audición, elementos estables que además se complementan con una serie de charlas y una película.

Al entrar a la Sala de Artes Visuales, lo primero que se ve es Constelaciones, una proyección gigante antecedida de telones transparentes con frases de Benjamin. Frente a las proyecciones, unos bancos con palabras como AURA,  LABERINTO, PASEANTE y otras, las que podrían parecer excesivas en un principio, pero que en el montaje se vuelven acordes con todo lo demás. La proyección muestra fragmentos de registros cinematográficos de época a la vez que va presentando textos de Benjamin, ilustrando los pasajes más importantes de su obra con conceptos como el de flâneur, la obra de arte y la reproductibilidad técnica y el teatro de Brecht entre otros, los que se van haciendo fáciles de entender a medida que pasan las imágenes, rematadas de frases como "La crítica es un asunto moral", "El aura es la repetición de una lejanía, por cercana que esta pueda hallarse", o "La mirada siempre tiene la expectativa de ser devuelta a quien la dirige"...sentí que haberlo visto antes me habría hecho las cosas tan fáciles, ja.

Atlas de WB es una plataforma interactiva donde uno puede ver los títulos y algunos párrafos de las publicaciones de Benjamin con links de diversa naturaleza y, por otro lado, Modelos de audición son locuciones de los guiones elaborados por WB para una radio alemana entre 1929 y 1933.
 
 

Y bueno, por fin llegué a ver el trabajo de Mónica Bengoa en su último día de exposición. Yo ya lo había visto en la inauguración, pero como ya sabemos, las inauguraciones son para otras cosas, para saludar, ver gente, compartir y tomar vino, asi que tenía que verla nuevamente...si usted no la vio, ponga atención.

Los trabajos de Mónica siempre son del tipo wow. No quiero sonar fan pero no hay nada que hacer. 
Einige Beobachtungen über Insekten und Wildblumen o Algunas consideraciones sobre los insectos y las flores silvestres estaba formada por cuatro obras, las que a su vez forman parte de la investigación El fieltro como soporte de un nuevo ejercicio óptico, Fondart Bicentenario para el Fomento a la Creación de Excelencia, el que consiste en la producción de una serie de murales de fieltro a gran escala calados a mano.
Cuando volví a ver los murales de fieltro me acordé de la frase de Benjamin "Nada que decir, sólo mostrar", y es que eso me pasa con este tipo de trabajos, en los que por mucho que se quiera hablar o explicar, siempre es mejor sólo mirar, y que, por ende, son mucho mas valorables en vivo y en directo.
 Al entrar se ve el mural más extenso y simple, al menos en la manera que se construye la imagen sólo con contraste de negro sobre blanco. 


 

Luego, al bajar, aparecían los otros tres, de a poco, uno negro primero y dos rojos al final, como sellando con color.
En las cuatro piezas pasa algo cuando uno ve desde lejos y reconoce las formas del paisaje, de los libros y las flores, pero que al acercarse se transforman en abstracción, así como pasaba también en el trabajo de las teselas de Déborah. En ese punto es muy probable que se uno se quedara mucho rato pegada en los detalles, sin pensar tanto en por qué son bichos y texto en alemán o en la importancia del referente fotográfico, datos que aunque son importantes y ayudan a complementar y digerir, se tornan irrelevantes enfrentados a la materialidad y el trabajo que denotan los murales.



 
    
 

Para cerrar, sólo quiero hacer un comentario y una recomendación.
El comentario es que cuando me fui a tomar la micro de vuelta a mi casa, vi cómo pintaban un muro de OSB con color verde acorde con el paisaje del parque forestal y lo sentí como el broche de oro de mi tarde cultural. Es curioso ese afán de los alcaldes de mimetizarlo todo.
Y por último la recomendación: hay que armarse de valor y estabilidad emocional, ojalá tener una libretita de apuntes, e ir a ver la obra de Radrigán, Redoble fúnebre para lobos y corderos.
Eso no más.